Para enmarcar la reflexión, me pareció buena idea plantearme un par de preguntas:
¿Qué es el Bienestar Personal? ¿Qué es el Bienestar Laboral?
Mi respuesta a estas preguntas, son el hilo conductor de estas líneas.
Un pedido/advertencia: No crean nada de lo que digo. No es la verdad, es mi verdad, solo una mirada desde mi propia experiencia y aprendizaje.
Los invito a que vayan, experimenten y cuestionen lo que digo.
El solo hecho de hacerlo, habilita la incomodidad necesaria para su propio aprendizaje.
Y de eso se trata…
¿Qué es el Bienestar Personal?
En mi opinión se trata de responderse la pregunta “para qué” vinimos a este mundo y así salir a recorrer el camino que honre nuestro propósito.
Llegar a ese “para qué” requiere, por un lado, desafiar lo que otros nos contaron sobre cómo debe ser “nuestro bienestar personal” y por el otro, aceptar la invitación a dejar de buscar respuestas afuera para empezar a buscarlas dentro.
Tomar consciencia de esto nos mueve más allá de nuestra zona de confort y eso obviamente, incomoda y dificulta la tarea.
Somos mucho más de lo que nuestra mente nos hace creer. Como seres holísticos, también nos integramos en cuerpo físico, emociones y espiritualidad.
Con espiritualidad me refiero a la conexión con nuestro “SER más grande”, ese que nos lleva a recordar nuestra verdadera esencia y propósito.
Por otro lado, para honrar nuestra existencia es necesario generar una nueva coherencia en la que nuestra mente, cuerpo, emoción y espiritualidad, vayan de la mano con nuestro propósito.
Esa nueva coherencia nos va a llevar a repensar cómo vivimos nuestra cotidianeidad, para que nuestros hábitos y comportamientos estén alineados a ese propósito.
¿Qué es el Bienestar Laboral?
Lo resumo como poder SER nosotros mismos en el lugar donde trabajemos. Y que, además, nuestros valores y propósito estén alineados a los de la organización.
Resulta obvio que solo podemos hablar de bienestar laboral en un entorno en que nuestras necesidades básicas y de seguridad estén garantizadas.
Estoy convencido que la búsqueda del bienestar siempre empieza por casa.
Si en nuestra vida cotidiana accionamos teniendo en cuenta nuestro bienestar personal, esas acciones influirán en nuestra actitud frente al trabajo y, seremos entonces, protagonistas en la mejora de nuestro bienestar laboral y el de nuestros compañeros.
Esa actitud es la que se “contagia” a través de la organización y genera iniciativas, conversaciones y acciones que promueven ese bienestar laboral.
Mi viaje personal en esta búsqueda del bienestar personal y laboral.
Al conectar con esas dos preguntas, fui desarmando las estructuras mentales que me llevaban a ver el mundo cómo lo veía y habilité la entrada a otras posibles miradas.
Y acepté que era mucho más que mi mente.
Y presté atención a lo que me sucedía, sin juzgar.
Y entonces mis pensamientos comenzaron a bajar su intensidad.
Y conecté con mi esencia y recordé mi “para qué”.
Y comencé a prestar atención a mis hábitos y comportamientos, con el objetivo de accionar coherentemente con ese “para qué”.
Entonces recordé la importancia de:
- Dormir bien.
- Alimentarme conscientemente.
- Hacer ejercicio físico.
- Meditar diariamente.
- Seleccionar conscientemente la información o cualquier tipo de estímulo externo antes de consumirlo.
- Estar atento a mis pensamientos y emociones.
- Prestar atención a las señales que manifiesta mi cuerpo en forma de molestias, tensiones o dolores.
Desde este nuevo nivel de consciencia, conecté con mi “SER más grande” que me habilitó a “salirme de la mente”.
Así aprendí a confiar en las Señales que aparecían en forma de Sincronicidades, Intuiciones, Percepciones e Insights.
Y fue entonces que, desde mi lugar de SER Coach, decidí salir al mundo a compartir mi propósito de “acompañar a las personas a que sean SU mejor versión”, con el objetivo de que descubran su “para qué” y logren su propio bienestar personal.
Y decidí también, honrar mi propósito de “promover el desarrollo de empresas más humanas”, compartiendo mi experiencia profesional en liderazgo de equipos y transformación organizacional.
Con ese propósito como guía y estando presente desde mi nuevo nivel de consciencia, elijo transitar ese camino.
Y cuando me olvido vuelvo, con la certeza de SABER que “es por ahí”.
Comparto un fragmento del libro “Las enseñanzas de Don Juan” de Carlos Castaneda, una reflexión que me recuerda cómo volver al camino:
Cada camino es uno entre un millón.
Por ende, no hay que olvidar que un camino no es más que eso.
Si piensas que no debes seguirlo, no te quedes en él bajo ninguna circunstancia.
Un camino no es más que un camino.
Que lo abandones cuando tu corazón así te lo indique no significa ningún desaire a ti mismo ni a los demás.
Pero tu decisión de seguir esa senda o apartarte de ella no debe ser producto del temor ni la ambición.
Te advierto: examina cada camino atentamente. Pruébalo tantas veces como te parezca necesario.
Luego hazte esta pregunta: ¿Tiene corazón este camino?
Todos los caminos son iguales, no llevan a ningún lado. Atraviesan la maleza, se internan o van por debajo de ella.
Si ese camino tiene corazón, entonces es bueno.
De lo contrario, no te servirá de nada …
Javier Todeschini
Licenciado en Sistemas | Agile Leader |Coach Ontológico | Life Coach | Mindfulness
IG: @javiertodeschini
«La única cosa que es real al final de tu viaje es lo que está sucediendo y lo que estás haciendo en este momento. Esto es todo lo que hay, siempre.» Eckhart Tolle
«La meditación es ser consciente de lo que está pasando ahora mismo: en tu cuerpo, en tus sentimientos, en tu mente y en el mundo.» Thich Nhat Hanh