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La Visión que cada ser humano posee acerca de la Realidad (instante a instante) es muy limitada, y al mismo tiempo, Sesgada. Es limitada debido a que solamente percibimos un pequeño escenario de ella.

Los físicos cuánticos afirman que nuestra consciencia solamente puede captar y procesar una pequeña parte de todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor.

 

Es sesgada porque percibimos esa porción de la realidad que nos rodea a través de nuestros “lentes”, conformados por todas aquellas creencias y cargas de índole emocional y mental que hemos incorporado a lo largo de nuestra existencia.

Estos lentes hacen que percibamos todo desde nuestro enfoque personal (por lo que no nos permiten captar la realidad en forma objetiva).

Por ejemplo, si dos personas están una al lado de la otra, y un perro aparece en escena, puede ocurrir que frente a ese mismo hecho de la realidad, uno de ellos tenga un sentimiento de cariño y el otro se asuste, de acuerdo a sus experiencias previas con los perros. Y lo mismo ocurre con todo lo que percibimos : lo catalogamos y juzgamos de acuerdo a nuestros “lentes”.

 

Todo esto hace que cuando tomamos una decisión (haciendo uso de nuestro libre albedrío), al tener una visión tan limitada y subjetiva de la realidad, a veces acertamos y a veces no.

 

Y cuando no acertamos, la consecuencia de ello es generalmente alguna cosa ingrata para nosotros (respondiendo al accionar de la Ley, que siempre está ayudándonos a comprender que las buenas acciones nos traen bienestar, y las malas dolor y sufrimiento).

 

Entonces : ¿Qué podemos hacer para evitar tomar decisiones equivocadas?

Lo primero que debemos saber es que si bien nuestra visión de la realidad es personal y limitada, la visión de nuestro Espíritu es completa y abarcante (ya que no posee ningún tipo de limitación), y a su vez, es totalmente objetiva.

Ello significa que a cada instante, nuestro Espíritu siempre está viendo el panorama completo, desde todos los ángulos posibles, y tiene la sugerencia justa para que nuestro accionar sea siempre correcto, evitando así que comentamos errores u omisiones, los que luego nos traerían consecuencias negativas.

Esa Guía Interior que en todo momento nos está tratando de Ayudar es lo que se conoce como “Intuición”.

Se manifiesta generalmente en forma de impulsos, o inspiraciones (sin que intervenga el raciocinio).

Se caracteriza por ser tenue, pero a la vez, sintética y completa (no deja lugar a dudas).

Ahora bien : Como el Espíritu jamás se impone (ya que respeta nuestro libre albedrío), ocurre que en general, aunque logremos captar esa guía, al ser ésta tan tenue, la mente la termina ahogando y toma ella la decisión, sesgada por sus limitaciones.

Un ejemplo muy conocido es cuando nos presentan a una persona y sentimos un malestar en el plexo. Esta es una clara advertencia proveniente de nuestro Espíritu, que nos sugiere tener cuidado con esa persona; pero en general, nuestra mente termina desechando tal advertencia, diciéndose a sí misma : “porqué he de pensar mal de esta persona, si ni siquiera la conozco !!!”.

 

¿Qué podemos hacer entonces para desarrollar la intuición y lograr que ésta prevalezca ?

Vamos a brindar un par de sugerencias tendientes a alcanzar este objetivo tan preciado.

Primero: Aprender a Captar esa Guía Interna, sin Distorsión.

Para ello, debemos saber que la intuición llega siempre en el intervalo entre 2 pensamientos, por lo tanto, debemos entrenarnos en tratar de lograr que esos intervalos sean cada vez mayores, para que esa guía sea percibida en forma cada vez más nítida y completa.

Ahora bien : ese espacio entre pensamientos no significa que nos quedemos entredormidos. Todo lo contrario, implica que estemos en una actitud de alerta, de total vigilia, pero sin emitir pensamiento alguno (gracias a lo cual, lograremos con facilidad captar cualquier indicación que nos envíe nuestro Espíritu).

Recordemos al Maestro Lao Tse, cuando refiere a los grandes maestros de la antigüedad, diciendo que vivían “siempre en estado de alerta, como quien corre un gran peligro”, pero a su vez, estaban “vacíos como una cueva” (alegando esto último a la ausencia de pensamientos).

A su vez, el Maestro Trigueirinho afirma que aquellas personas que gustan de hablar mucho, criticar y juzgar, favorecen a que sus mentes ahoguen la voz de la intuición; por lo que como ya bien sabemos, el juicio y la crítica son dos actividades nefastas para el ser humano, y por otra parte, deberíamos hacer uso de la palabra hablada solamente cuando lo que se diga sea algo realmente valioso para los demás (si no es así, lo recomendado es guardar silencio).

 

Segundo: Fortalecer Nuestra Comunión con el Espíritu.

Para ello, debemos primero “reconocer” Su Presencia en nuestro interior, y a su vez, depositar en El toda nuestra Fe, sabiendo que es parte indivisible de Dios (con todas Sus cualidades trascendentes).

Este reconocimiento y esta Fe, favorecen la íntima y Sagrada Comunión entre nuestro Ser externo y la Divinidad en Nosotros.

 

Y la consecuencia directa de ello, es que al Ser externo le resultará cada vez más Natural captar la Guía Interna, y Manifestar lo que ella sugiera, sin que la mente interfiera, ya que ésta se ha Integrado con el Espíritu, y Colabora con Él, en vez de ofrecer resistencia y querer tomar el control.

 

Fernando Santoro

Conferencista – Terapeuta Holístico

 


 

Instagram: @fernandosantoroferrari

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E-mail: fsantoro@montevideo.com