Quienes ya entramos en él, sabemos que es un viaje sin regreso. Quienes aún están reticentes a zambullirse en la experiencia, alegan desde que no se pueden quedar quietos o que no tienen suficiente flexibilidad hasta que es algo que “está de moda”.
Pero, ¿qué hay en realidad detrás de la práctica de Yoga?
Yoga es una ciencia y un arte muy antiguo y significa Unión: su finalidad máxima es Unir la Consciencia Individual con la de Dios. ¿Con qué Dios? Con el tuyo propio, con tu Ser más Elevado.
Yoga es tomar conciencia del Ser Integral que somos, de Cuerpo, Mente y Espíritu, y de cómo todo lo que hacemos repercute en nuestro sistema, así como en el sistema en que estamos inmersos (familia, amigos, sociedad, entorno).
Es un proceso a través del cual vamos llegando a la depuración y re-estructuración del Ser, el cual va purificándose en el plano físico, espiritual, mental y emocional.
¿Qué hábitos de mi ser necesito cambiar y purificar? Eso le va llegando a cada uno con la práctica y cada uno lo va descubriendo a medida que se va adentrando en ella.
La práctica de Yoga no es magia ni cambio radical. Es una paulatina transformación que utiliza el cuerpo como instrumento para cumplir esa misión de consciencia y evolución: a través de la práctica de asanas uno va transitando este camino amplio y completo que nos enseña a afinar nuestro instrumento para comprender que la fortaleza física y emocional dependen uno mismo.
Cuando practicamos Yoga nos enfrentamos a nuestras propias limitaciones, físicas y mentales y eso nos va haciendo tomar consciencia de que con trabajo interno cada día podemos un poquito más, de que cada día llegamos un poquito más lejos. Nos enfrentamos con nuestros propias condicionantes y vamos encontrando la manera de liberarnos de ellas con disciplina y compromiso.
Personalmente, empecé a andar este camino con la consciencia de que podría conducirme a donde tenía que ir: a aprender a aceptar las cosas tal y como eran, a aprender a flexibilizar mi pensamiento para poder llevarme bien con la realidad circundante.
Me encontré con muchísimas resistencias – especialmente en los primeros tres meses de clase – se me caían las lágrimas en algunas posturas, no porque me doliera, sino porque claramente me estaban mostrando mis limitaciones físicas que eran un reflejo de mis limitaciones mentales. Con el tiempo fui estirando mi cuerpo, calmando mi mente, conectando con mi corazón, aprendiendo a escucharme y aprendiendo a que ser plenamente consciente de lo que me trababa en mi camino evolutivo, era la única forma para poder quitar esos obstáculos que me impedían seguir creciendo hacia adentro y hacia fuera.
Hoy, después de varios años de tránsito me doy cuenta de que es una realidad que “el camino es la recompensa” en este viaje.
Siento que puedo darme lo que voy necesitando, y que voy eliminado de mi estructura – de mi cuerpo, de mi sistema de pensamiento, de mis relaciones- todo aquello que me impide caminar despierta y generar para mí misma y para mi entorno un espacio mejor.
Es por eso que compartir y extender su mensaje se ha convertido para mí en una misión de vida, la que tomo y acepto con alegría y humildad, feliz de que así sea. Porque el cambio que queremos ver afuera sólo puede comenzar por el cambio dentro de cada uno.
Cristina Alcorta
Fundadora y Directora de Loveland Productions
Creadora del Festival Espíritu Libre
Primer Festival de Yoga y Música de Meditación de Montevideo.
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