Si bien cada ser humano tiende a identificarse con su cuerpo, la realidad es que nuestro Ser verdadero dista mucho de ser un mero cuerpo.
Nuestro Ser real es nuestro Espíritu, el cual es parte de lo que llamamos Dios.
Ello implica que en esencia, “Somos parte de Dios”, por lo que no estamos limitados por el tiempo (somos eternos), y por otra parte, ya lo tenemos todo (decir que algo nos falta, sería lo mismo que decir que Dios es incompleto).
Si bien nuestro Espíritu mora en forma permanente en el plano de Dios, en algún momento, éste decidió realizar un viaje por el Universo, a fin de experimentar todo aquello que no es posible experimentar en su plano: por ejemplo, lo que es creer que estamos separados unos de otros, interactuar unos con otros, cumplir ciclos de nacimiento y disolución, así como experimentar lo que es el “hacer” cosas (ya que en el plano de Dios, que es inmutable, no existe el concepto de “hacer”, sino que allí simplemente se ES, en un estado de esplendor permanente).
Para iniciar ese viaje por el Universo, el Espíritu no puede encarnar simplemente rodeándose de cuerpos, ya que su Luz es tan poderosa que la materia de los cuerpos no podría sostenerla y se disgregarían. Es por ello que se vale de un cuerpo intermedio que nosotros llamamos alma (o cuerpo álmico), el cual logra contener su poderosa Luz, y a su vez, el alma es la que se reviste con cuerpos al iniciar cada encarnación, y al finalizar la misma, la energía de éstos es devuelta al plano vibratorio del cual fue tomada.
Es entonces el alma quien va evolucionando a lo largo de ese viaje, en sucesivas encarnaciones, enriqueciéndose con la experiencia recogida en cada una de ellas.
Y al finalizar su viaje, el Alma es absorbida por el Espíritu, lo cual es expresado por lo grandes sabios como un acontecimiento sublime a nivel Cósmico.
¿Qué significa Evolucionar ?
Evolucionar significa, sencillamente, ser cada vez más y más conscientes de Quienes Somos en realidad. Cuanto más consciencia tomamos de que somos Espíritu (parte de Dios), habitando y animando un cuerpo humano, más vamos a lograr despertar y potenciar todos los dones que yacen latentes en nuestro interior, así como lo han logrado aquellos hermanos que han alcanzado un estado de iluminación, que es el estado de mayor consciencia que un ser humano puede alcanzar, reconociéndose parte y Uno con el Creador.
¿Qué características son las que distinguen a los seres más evolucionados ?
Vamos a presentar 3 de los rasgos más relevantes, que son el sello que portan todos los grandes Maestros:
Primero
Poseen una fuerte y sólida conexión con la Fuente (con el plano de Dios, desde donde todo emerge y es traído a la manifestación).
Y al estar en conexión con la Fuente, las cualidades superiores de ésta son activadas en el ser humano, transformándose así en “cocreador” (que significa “aquél que manifiesta la Voluntad de la Fuente desde un cuerpo encarnado”).
Entre otras tantas cualidades, se activa nuestra sabiduría superior, la capacidad de sanación (propia y de los demás), el poder para irradiar paz y amor con nuestra mera presencia, y todas las maravillas que derivan del accionar del Fuego Sagrado anclado en nuestro chakra del corazón, el cual despierta y actúa libremente, siendo su accionar una verdadera bendición para la Vida.
Segundo
El ser evolucionado se destaca por ser “impersonal”.
Recordemos que es nuestro ego humano el que se siente el centro del Universo, y cree que todo gira en torno de él. Gusta de recibir reconocimiento por parte de los demás, y sentirse importante y poderoso. Y se destaca por buscar satisfacer las necesidades propias por encima de las ajenas.
Al ir evolucionando, el ego se hace cada vez más humilde. La falsa creencia de que somos solamente nuestro personaje encarnado se va sustituyendo por la convicción de que Somos Espíritu, el cual está unido con el Espíritu de todo otro ser vivo.
En otras palabras, nuestro pequeño yo individual, se va transformando un Yo mucho más amplio, hasta alcanzar la Vida entera. Y el orgullo y la necesidad de reconocimiento del ego son gradualmente trascendidos, sustituyéndose por la actitud servicial y humilde de aquel que ha recordado Quien Es y sabe que TODO lo tiene.
Tercero
Los seres evolucionados se caracterizan por servir a los demás.
Este servicio puede ser llevado a cabo de dos maneras :
A través de tareas de campo, como las que realizaba la Madre Teresa, buscando cubrir las necesidades materiales, afectivas y espirituales de aquellos a quienes asistía.
A través de irradiación de Luz, como ocurre en las meditaciones individuales o grupales; o en su caso más elevado, la sublime tarea que en silencio realizan aquellos hermanos que encarnan y se van a vivir (por ejemplo) adentro de una cueva, y pasan toda su encarnación irradiando y ayudando a re-equilibrar las energías negativas emanadas por tantos seres confundidos y alejados de su Origen.
Recordemos que en el Cosmos, la jerarquía evolutiva tiene forma de pirámide, y los seres que ocupan peldaños más elevados, son aquellos que tienen mayor capacidad de servir (y así ayudar a evolucionar) a los que se encuentran en peldaños inferiores. Y cuando logran que éstos evolucionen, como consecuencia, ellos ascienden.
Es exactamente lo opuesto a lo que ocurre cuando un Rey es servido por sus súbditos, y todos le tributan impuestos para que tenga una vida lujosa y llena de placeres. En el Cosmos, sería el Rey el que debe “servir” a los demás, para poder ser Rey.
Este es el caso de todos aquellos seres de gran evolución, que perteneciendo a planos dimensionales más elevados que la tercera dimensión en la cual se encuentra el planeta Tierra, encarnan aquí para contribuir a la elevación de consciencia de sus habitantes.
¿Qué se sugiere para transitar el camino hacia la Evolución ?
Lo más importante es “tomar Consciencia” de Quienes Somos realmente.
Una cosa es expresar verbalmente que somos Espíritu, pero otra cosa muy diferente es haber realizado el clic interno en el cual verdaderamente reconocemos que eso que decimos es así.
Hasta tanto no hayamos hecho esa toma interna de conciencia, no podremos realizar avances sólidos.
Para ello, se sugiere meditar en la afirmación realizada por tantas corrientes espirituales, de que Dios es “Omnipresente”, por lo que necesariamente debe estar dentro de mí.
También se sugiere meditar en el significado de la frase inscripta en el pórtico del Oráculo de Delfos, la cual afirma : “Oh, Hombre. Conócete a ti mismo, y conocerás a Dios”.
El hecho de enfocarnos en estas afirmaciones y meditar profundamente en el mensaje que brindan, nos ayudará a realizar ese clic, y con ello, restablecer nuestra conexión con la Fuente.
Iluminación
Cuando el ser humano se ilumina, comprende que no existe una meta a alcanzar, sino que la meta siempre se ha encontrado disponible a cada paso del camino.
En el momento en que caminamos siendo conscientes de que Quienes Somos realmente, sentimos la Gloria de la Fuente en nuestro interior, y allí estamos parados en la meta. Si un instante después dejamos de ser conscientes, nos apartamos de la meta. Depende de nosotros, instante a instante, estar en la meta o no.
Tal como afirman los budistas : debemos caminar sintiendo el Nirvana, mientras estamos encarnados en el Samsara (el plano terrenal).
Después de todo : ¿Qué puede haber que sea más grande que lograr sentir la Fuente entera dentro de nosotros, mientras realizamos nuestro viaje por el Universo?
Fernando Santoro
Consultor Holístico
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